Tu gato es un buen alumno.
Enséñale a usar el lecho higiénico
El gatito aprende por asociación, repite aquello que relaciona con las buenas experiencias. Por eso no hay que castigarlo si realiza sus deposiciones fuera de la bandeja. ¡Nunca restregarle el hocico, regañarle ni forzarle! Hay que ganárselo con habilidad felina. Lo más importante es que el sustrato y la bandeja estén siempre muy limpios y en un lugar accesible pero tranquilo, donde el cachorro tenga privacidad. Durante los primeros meses utiliza literas de grano fino que no dañen las patitas del animal y cuando crezca prueba literas de diferentes características: aglomerantes, con perfumes, etc. Hasta encontrar la que él prefiera.
Si el gato defeca fuera, hay que coger parte de la deposición y enterrarla en el sustrato para que él la huela y reconozca ese lugar como el adecuado para hacer sus necesidades. Por el mismo motivo, conviene limpiar muy bien la zona donde defecó. Dale de comer a horas regulares; durante el periodo de educación lo puedes hacer cerca del lecho higiénico. En unos 20 minutos, que sentirá necesidad, es el momento de llevarlo a la bandeja. Una vez usada, prémialo con caricias, un bocado o un juguete que le gusten. Con el tiempo hay que ir separando el lugar de comer y la litera higiénica.
Muy Importante: el uso de las literas disminuye la transmisión de enfermedades que pudiese sufrir el felino, porque acota la zona de deposición. Como ves, la litera higiénica también es sinónimo de salud para tu familia.
Durante los primeros meses es recomendable usar literas de grano fino para que no dañen las patitas del gato. Cuando crezca podrás cambiarla por la que mejor se adapte a sus necesidades.
El gato no te dirá "por qué no quiere usar el lecho higiénico ".
Nosotros sí te lo diremos.
Si el gato no usa la litera sanitaria es señal de que algo ha cambiado en su mundo felino. La causa más frecuente: su dueño se ha relajado con la limpieza y la bandeja o el sustrato no están a gusto del gato. También pueden rechazar un cambio en la ubicación de la bandeja, el ambiente que la rodea o en su mantenimiento, por ejemplo si cambias el tipo de litera o usas productos demasiado fuertes para la desinfección. Ojo, a veces es un rechazo gradual, lo que dificulta la solución del misterio. A menudo, la causa es traumática: un susto repentino, una pelea con otro animal de la casa, la llegada de una visita o un nuevo miembro de la familia… Si el felino tiene una edad avanzada, crece su inseguridad y este tipo de factores le afectan especialmente. Si después de observar y probar estas opciones no encuentra el motivo del rechazo, consulta al veterinario, posiblemente tenga una enfermedad urinaria o diarrea.
RESUMEN:
1. Trata de entender qué motiva a tu gato a no usar el arenero. A los gatos no les gusta el cambio o las perturbaciones. Cambiar la arena, la ubicación de la caja e incluso los niveles de ruido e iluminación alrededor de la caja puede contribuir a que tu gato se sienta perturbado lo que no les resulta muy agradable. El miedo también es otro motivo que le lleva a hacer sus necesidades en cualquier parte; al igual que no limpiar su arenero regularmente. Los gatos son muy quisquillosos y no les agradan los baños sucios, de hecho, ¿a quién le gusta? Finalmente, que tenga acceso a áreas en las que haya arena, puede confundirlos y llevarlos a hacer en cualquier parte.
2. Cambia la arena con frecuencia. Mantén su arenero aseado. Esto quiere decir que debes limpiarlo “diariamente”. Si lo dejas sucio por más tiempo, corres el riesgo de que tu gato no use su caja de arena.
4. No incomodes a tu gato. No lo molestes mientras usa su arenero. Esto también incluye mantener a niños curiosos lejos mientras tu mascota atiende sus necesidades biológicas. Estos podrían hacer mucho ruido, jalarle la cola o saltar alrededor y gritar mucho. Todo esto no es agradable para tu mascota y tampoco es recomendable que los niños estén cerca del arenero. Diles que el gato necesita espacio y privacidad, igual que ellos mismos necesitan. Consigue un arenero con tapa, en caso que uno normal esté demasiado expuesto. La ventaja es que la arena no se va a desperdigar por todas partes.
5. Ten la cantidad suficiente de cajas de arena. Tener varios gatos significa tener varios areneros. Si tomas esto en consideración, vas a tener problemas porque los gatos son criaturas quisquillosas a las que no les agrada del todo un arenero usado. Una caja por cada gato, más una de repuesto, es lo más adecuado si se tiene más de uno.
6. Arregla todo el desorden que le pueda parecer atractivo. Pon todo ese papel apilado, montones de ropa y pilas de desorden en su lugar. Particularmente, los gatos bebés se sentirán más atraídos por este tipo de cosas. Además, debes bloquear el paso a aquellas interesantes, oscuras y silenciosas esquinas que pueden servir de escondite. Otro aspecto que debes considerar es las plantas a las que tu mascota puede tener acceso. Una maceta rodeada de mucha suciedad puede resultar una tentación muy grande.